Daniel Molina aprovechando que estaba de vacaciones en Granada y que el Ebro pasa por Zaragoza y que, casualidades de la vida, llevaba una bici en lo alto se ha acercado a jugar a la carrera del marrano. La carrera ha consistido en un descenso en el que no se permitía pedalear, para lo cuál te amarraban la cadena con una presilla, y en un tramo a pie.
La salida ha estado pasada por nieve, mucho frío y bocata de chistorra.
Dani ha quedado 8º con premio en metálico.
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